MIRADAS DEL MUNDO, AGUILERA
Cuando mis manos entraron en contacto con la técnica del pastel, descubrí que mi afición por el dibujo podría verse mezclada con la pintura.
El poder dibujar y después pintar con los dedos, me conectó de forma directa con mi niñez… me sentía como entonces, cuando todo se hacía “sin intermediarios”… comer con las manos, pintar con los dedos… no había ni cubiertos ni pinceles. Y comencé a pintar niños, ancianos, rostros, miradas… personas de diversos lugares, imágenes recogidas en viajes realizados a lo largo del mundo.
Me atraen las personas, sus caras, lo que se puede leer detrás de sus miradas, de sus rostros, de sus gestos. Es una especie de “Ventana indiscreta”, una intrusión en el alma de cada uno de los personajes retratados.
Y me refiero a ellos como “personajes” porque son los protagonistas de sus vidas; en el lugar del mundo al que pertenecen y en el cual están protagonizando su propia película. Yo capto una escena, una esencia y la muestro en mis cuadros.
Cuando comienzo una nueva pintura me convierto también en espectador de esa película, e intento plasmar en mis obras lo que hay detrás de esa mirada: sentimientos, emociones, pensamientos, anhelos, sueños… Este es un proyecto que llevo desarrollando desde hace 5 años y espero que puedas disfrutarlo también como espectador, ya que todos somos espectadores de lo que sucede a nuestro alrededor.
¿QUÉ ES ESTO DEL PASTEL?
Pintar “al pastel” a día de hoy se podría considerar como un acto reivindicativo frente a la supremacía que el óleo y el acrílico mantienen sobre la pintura. El pastel es una técnica que conlleva una gran complejidad a la hora de pintar, ya que para obtener un buen resultado no se permite el error.
Son pigmentos secos en formato “tiza” aplicados directamente sobre superficies rugosas que permiten que el pigmento agarre, y que al no intervenir ningún tipo de disolvente sus colores son puros y de gran intensidad.
En la realización de mis cuadros no uso ningún tipo de fijador o laca que harían mi trabajo más fácil en detrimento de la frescura de la obra y la intensidad de los colores.
Cada una de las obras que estás viendo mientras disfrutas de las delicias del 8y7 conllevan una inversión de tiempo que ronda entre las 100 y 300 horas “pastel en mano”.
¡Disfrútalas y buen provecho!